MI HISTORIA PERSONAL

En el año 2001 me diagnosticaron un linfoma de Hodgkin tipo esclerosis nodular grado IIB.

En el año 2002 me sometieron a un tratamiento convencional de quimioterápia (AVBD, 6 ciclos) y a varias sesiones de radioterapia (30Gy).

En el año 2003, cuando todos pensábamos que ya estaba curada, tuve mi primera recaída, justo al año de finalizar el primer tratamiento.

En el año 2004, tras varias sesiones de quimioterápia "de rescate" (BEACOPP, 4 ciclos), pasé por un trasplante autólogo de médula ósea. A los dos o tres meses, aún recuperándome del mismo, me dijeron que quedaban aunque mínimamente restos de enfermedad residual. Entonces, y mientras se decidía el siguiente paso a dar, esperamos a ver la evolución de esos pequeños focos de enfermedad activa, la cual, por desgracia, siguió evolucionando desfavorablemente.

En el año 2005 inicié un tratamiento experimental para la enfermedad de Hodgkin con Rituximab, un anticuerpo anti-CD20 utilizado en el linfoma no-Hodgkin, con el fin de intentar evitar tener que ir al trasplante alogénico que tanto temía. A pesar de los buenísimos primeros resultados finalmente la enfermedad se volvió a disparar.

En el año 2006, tras varios ciclos de quimioterápia (ESHAP, 3 ciclos y GVD, 2 ciclos), fuí sometida a un trasplante alogénico, siendo la donante de médula compatible conmigo mi hermana.

En el año 2007, cuando no habían pasado ni dos meses del trasplante, me tuvieron que estirpar varios ganglios que habían crecido en una axila. De nuevo, no me había conseguido curar. Me suspendieron los inmunosupresores para potenciar la reacción injerto contra huésped y ver si así se conseguían erradicar los restos del tumor. Al mismo tiempo se comenzó con un tratamiento de linfoterapia, infundiéndome más linfocitos T de mi hermana. Pero tras varias sesiones las pruebas determinaron una diseminación de la enfermedad importante, no sólo por el torax, también por abdomen. El grado de afectación paso a ser IVB, que significa que tienes afectadas las cadenas linfáticas por encima y debajo del diafragma, y también algunos órganos. Fue entonces cuando empezamos a buscar algún ensayo clínico en el que pudiera entrar. Tras varios viajes a la MD Anderson de Houston (Texas), el grupo del Dr Younes, Jefe del Departamento de Mieloma y Linfoma, me aconsejó tratar primeramente los restos de rechazo injerto contra huésped (EICH), más peligrosos incluso en ese momento que la propia enfermedad. No había cumplido su objetivo que era atacar al tumor y me estaba, sin embargo, dañando tejidos sanos.

En el 2008, después de ser tratada durante unos meses con un inmunosupresor (Rapamune) se consiguió controlar la EICH. También tuve la suerte de poder participar en un ensayo clínico alemán, que se estaba llevando a cabo también aquí en España, en concreto, en el Hospital Universitario La Paz, bajo la dirección del Dr. Canales. Consistía en la combinación de la acción de un anticuerpo inhibidor de la angiogénesis (Avastín) con un citotóxico, la gemcitabina. Aunque a mitad de ensayo la respuesta en el PET parecía favorable, el último PET realizado al final del tratamiento mostró un empeoramiento con respecto al anterior. La actividad tumoral se consiguió que disminuyera en algunos tejidos pero no entré en remisión parcial, ni total. Tras unas cuantas sesiones de ciclofosfamida, un citotóxico con propiedades antiinflamatorias, la manifestación de algunos síntomas (fiebre, prúrito...) se me ha administrado a principios de año un esquema clásico de quimioterápia (ChIVPP: clorambucil, vimblastina, procarbacina y prednisona), objetivándose de nuevo no respuesta, además del la baja tolerancia y persistencia de la fiebre.

Entonces, y de acuerdo con los médicos y mi familia, se decidió un tratamiento paliativo domiciliario, en el que me encuentro actualmente a la espera de recuperar fuerzas y poder recibir algún tratamiento nuevo, si es que tengo suerte y llega a tiempo para curarme o mejorar al menos...


jueves, 20 de marzo de 2008

PARA TÍ, ALEJANDRO

Hace tan sólo unos días del fallecimiento de mi primo Alejandro. Aún no podemos creerlo, puesto que su juventud, tan sólo 27 años, y su buena salud, no hacía presagiar que pudiera pasar algo así. Se fue, dormidito, en un sueño profundo del que no despertó. Los que aquí quedamos nunca le olvidaremos, por ser una persona de gran calidad humana y entrañablemente cariñoso con todos los que le rodeaban. Le apasionaba la crítica cinematográfica, a lo cual se dedicaba. Siempre me ofrecía películas de las tantas y tantas que almacenaba para distraerme y ayudarme a pasar los duros momentos de mi enfermedad. Quién nos lo iba a decir, él se iba a ir antes que yo, en silencio, sin poder despedirse de nosotros. Esperamos que no haya sufrido y que la pesadilla sea para los que desde aquí le echamos de menos. Puede que pronto nos reencontremos, al fin y al cabo, todos, allí, en el cielo, nos volveremos a ver de nuevo.

El beso que no pude darte, aquí te lo doy, para siempre!

Con todo el cariño de tu prima Ana

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ana, nos has emocionado profundamente con tu mensaje para Alejandro. Seguro que ya ha recibido tu beso y el de todos.
Muchas gracias.
Tu tio José Antonio y Ana

Anónimo dijo...

Hola Pretty!!, te mando un beso enorme. Tengo tu blog en los favoritos de internet y así me parece que te tengo un poquito más cerca. Me acuerdo mucho de ti y al final nunca te llamo. Sólo quería decirte que estas en la mente y el corazón de muchos y sobretodo de los que te queremos.

Un beso
Leyre